Sobre el tema de la caída de bandera desde el punto de vista reglamentario se pueden escribir varios artículos. Voy a escribir el primero aunque seguramente vendrán más en el futuro.
Para empezar decir que para que surta efecto una caída de bandera debe ser reclamada correctamente por el rival u observada por el árbitro, si lo hubiera. Si antes de eso la partida acaba de alguna de las maneras que indica el reglamento, la caída de bandera no se podrá ya reclamar, aunque haya ocurrido mucho antes de que la partida haya terminado. Se han dado muchos casos en los que un jugador ha dado mate con la bandera caída, sin haber reclamación previa del rival, y ha ganado la partida.
A partir de ahora consideremos que a un jugador se le ha caído la bandera y ha sido correctamente reclamada por el rival u observada por el árbitro; consideremos también que el reloj funciona bien, ha sido programado adecuadamente y no ha habido reclamación previa de tablas según el apéndice G.
Dicho jugador no podrá ganar, siendo el resultado de la partida de victoria para el contrincante salvo que no haya ninguna secuencia legal de jugadas que conduzca a que éste dé jaque mate, en cuyo caso la partida acabará en tablas.
Pongamos algunos ejemplos aclaratorios:
Vamos a suponer que en esta posición las blancas reclaman la bandera caída de las negras. El árbitro dará la victoria al jugador de blancas, ya que es factible, aunque muy improbable si el jugador de las negras no es un principiante, llegar a la siguiente posición de mate:
Veamos la siguiente posición, en la que nuevamente el jugador de blancas reclama la bandera caída de su adversario:
En este caso el árbitro decretará tablas ya que ninguna secuencia legal de jugadas conduce a que las blancas den mate.
En el siguiente ejemplo nuevamente reclaman las blancas:
Puede parecer un caso claro de tablas ya que contra un peón que no sea de torre un alfil no puede dar mate. Pero el peón tiene la facultad de coronar, en este caso para desgracia de sus colores. Si corona dama o torre las blancas no pueden ganar; si corona alfil en este caso tampoco, ya que los alfiles serían del mismo color. Pero el peón puede coronar caballo y entonces las blancas sí que pueden llegar a la siguiente posición de mate:
Si alguien piensa que es altamente improbable que las negras jueguen tan mal estoy totalmente de acuerdo. Pero la posibilidad existe y el árbitro debe decretar la victoria de las blancas.
Por último examinemos la siguiente posición, en la que las negras han reclamado la caída de bandera blanca:
La posición es muy curiosa. Las blancas no tienen más posibilidad que dar mate a su rival, pero todavía no lo han dado. Por lo tanto el árbitro debe decretar tablas.
La argumentación de la posición alfil vs peón es ingeniosa. Quizás sea útil algún día. ¡Gracias!
Hola Patxi.
Una partida muy similar a este ejemplo decidió el subcampeonato, hace ya unos años, de una competición por equipos de Madrid que se denominaba Liga de Ajedrez Activo, ahora creo que se le ha cambiado el nombre por Liga de Ajedrez Rápido; lo que antiguamente se llamaban semirrápidas.
Saludos.
Buenos días:
¿Por qué en la última posición debe decretar tablas? Si se le ha caído la bandera al blanco, el negro lo reclama con la suya levantada y la jugada del blanco (la última realizada) no es mate ¿No debería darle el punto al negro?
Un saludo,
Hola Pibe.
Estamos en el mismo caso que en el ejemplo que pongo de la torre contra el alfil. El jugador reclamante no gana porque no hay ninguna secuencia legal de jugadas que conduzca a que las negras den jaque mate.
Saludos.
Gracias.
Había llegado a esa conclusión después de comer (se ve que estaba desnutrido a la mañana 🙂 ) y te lo iba a plantear a la tarde.
Un saludo,