Dicen que Sócrates afirmó: “Una vida sin examen no merece ser vivida”. Algunos discutirán a favor o en contra de este aforismo, pero yo soy firme creyente en la necesidad de revisar nuestros actos y, en el caso del ajedrez, nuestras partidas y torneos.
Para progresar en ajedrez hace falta mucha ilusión, trabajo, una pizquita de suerte, cualidades, etc. Ahora bien, para saber que estamos progresando es mucho más simple, necesitamos conocer nuestro punto de partida, nuestro punto final y medir el progreso. Uno de los errores técnicos más frecuentes que encuentro en los ajedrecistas es que nadie se molesta en medir su progreso. Creo que, inconscientemente, pensamos que trabajando duro subiremos sin darnos cuenta, como algo ajeno que un ente abstracto nos reconocerá. Pero sin embargo, subjetivamente, no trabajaremos igual de animados, no seguiremos el plan de entrenamiento con la misma intensidad y no jugaremos con la misma motivación si no tenemos una idea clara de como lo estamos haciendo, de si nuestras acciones están teniendo los efectos deseados. Por ello, porque objetivamente aporta conocimiento y sabiduría, y porque nos refuerza psicológicamente, creo que revisar nuestras actuaciones es esencial para progresar como ajedrecistas.
No hay una fórmula mágica para realizar dichas revisiones. Por lo que sólo voy a dar unas ideas que me funcionan bien, pero recordad que cada uno puede adaptarlas a su forma y manera.
En primer lugar, me gusta dejar cierto tiempo antes de revisar las partidas, así como la temporada. Al tomar distancia, las cosas se ven de otra manera, se es más objetivo. En mi opinión es lo mejor.
En segundo lugar, si algo me inquieta, o hay cosas que he calculado que creo que merecen ser revisadas, las anoto inmediatamente al acabar la partida, en la base de datos. Esas anotaciones no contienen ningún tipo de trabajo, simplemente anoto todo lo que se me ocurre que puede ser útil, sin pensar mucho en ello. Luego, cuando revise esa partida o torneo tendré ahí toda la información fresca que quiero revisar.
En tercer lugar, la revisión incluye mirar con el módulo (precisión de cálculo y táctica) y pensar por mi cuenta (esta parte no es negociable). Yo, personalmente, miro aspectos de estrategia, subjetivos, psicológicos, de uso de tiempo, etc. Normalmente, cuando trabajo para pulir algún defecto, ya sea propio o de los alumnos, es una de las cosas que siempre reviso en esas partidas, para ver si el defecto se ha ido corrigiendo o no. No creo que nadie revise una partida en serio sin dedicarle un mínimo de una hora a cada partida (salvo que sea un mate en seis como el de Esteban “killer” Granero).
En cuarto lugar, hay que pensar en la apertura jugada, sobre todo en que jugaremos si nos repiten la línea. Loëk Van Wely me dijo en cierta ocasión que el siempre que revisa una partida genera al menos dos novedades para introducir en caso de que alguien repita la misma línea. No tenemos por qué ir tan lejos, pero sin duda es un buen consejo.
En quinto lugar, considero que la crítica por la crítica no es positiva. A nadie nos gusta machacarnos constantemente con lo malos que somos. Es algo que destruye nuestra autoestima y nos genera inseguridad de cara a futuras partidas. Los errores son normales, incluso en las partidas de más alto nivel. Y el módulo va a encontrar muchos golpes tácticos que se te han pasado por alto. Es algo absolutamente normal, lo que hay que hacer es trabajar sobre tus errores, seguir aprendiendo, poner medios; para eso revisamos las partidas. Sirva este corolario para corregir a muchos monitores y profesores que reprenden, constantemente, a sus alumnos tras una partida mala.
En sexto lugar, guarda todo el trabajo que hagas. Puede parecer una obviedad, pero muy poca gente lo hace. Todas las preparaciones sirven para torneos más adelante, todos los comentarios e ideas pueden ser puntos de partida para futuros análisis.
En la crónica final de la liga vasca di unos ejemplos de los momentos que hay que estudiar y que nos pueden ayudar a mejorar. No obstante, es algo que puede variar según dónde queramos poner el acento de nuestro trabajo.
A continuación, voy a realizar una pequeña aplicación de estas ideas a lo que ha sido el campeonato de Euskadi. Voy a poner el acento en otras cosas específicas, sin ser exhaustivo, en las que debemos fijarnos en un torneo de varios días e individual.
El campeonato de Euskadi
Hace ya más de una semana que finalizó el campeonato de Euskadi de 2015. Como sabréis la mayoría, es un torneo que he ganado con ventaja sobre el resto de participantes. Sin embargo, muchas de las partidas y los resultados pueden parecer engañosos, así que vamos a examinar, con cierto detalle, como ha sido el interior de estas partidas. No encontraréis aquí elocuentes análisis del estilo de Botvinnik, sino una verdad desnuda, quizá no tan ideal, pero que puede ayudaros a mejorar más y, sobre todo, a disfrutar más del ajedrez tal y como es.
Llevo bastantes años jugando, y puedo asegurar que, salvo partidas con una gran diferencia de nivel, la mayoría de los encuentros tienen jugadas y momentos “oscuros”, dónde no queda claro “que hubiera pasado si”. Cuando nos derrotan, estamos muy motivados para revisar todos esos puntos oscuros, para encontrar que no hemos jugado tan mal, que teníamos razón. Cuando ganamos, en cambio, tendemos a dulcificar las variantes, a pensar que todo fue bien y claro. Por eso la derrota es la mejor de los maestros, y por eso cuando ganamos, con claridad, debemos hacer un esfuerzo importante por alertar a nuestros sentidos. La victoria puede ser un somnífero del que uno puede despertar de una forma muy desagradable. Así que, mi recomendación es intentar trabajar buscando esos momentos oscuros.
Ronda 1. Fran Ladrón de Guevara
En la primera ronda me tocó con un jugador sólido. Tras algunos errores por ambas partes, llegamos a la siguiente posición
En ella, el blanco podía hacer tablas mediante
1.Rd2! Rb5
2.Rd3
Y aquí mi idea era jugar 2…Cb8!? para intentar ganar la partida, basándome en la variante 3.Nxe5 Na6, pero se me escapó 4.g3!, y es el negro el que tiene grandes problemas.
En cambio el blanco jugó
1.Rd3? Rb5
Y el blanco queda en zugwang, debiendo perder un peón.
Así pues, la primera partida muestra que los problemas siguen ahí. Cometí dos errores de cálculo, que me llevó a un final igualado ante un juego sólido del blanco. Sólo pude ganar gracias a los apuros de tiempo del rival en una posición de probables tablas.
Ronda 3. Alejandro Ruiz
En la tercera ronda, tras una pobre apertura del blanco, se llegó a una posición en la que tengo clara ventaja, pero cometí varios errores en su ejecución que me podían haber costado caro, pondré el ejemplo más claro:
En esta posición yo jugué relativamente rápido
1…Cd2?
El negro ganaba fácil con 1…Tee1 u otras.
2.Txb1+
¡JAQUE!, yo pensaba que daba mate con 2…Cf3. Un error de bulto, que pudo haberme costado jugar un final muy difícil. No obstante, pude ganar el final, pienso que porque Alejandro no acertó a plantear la mejor resistencia.
Ronda 4. David Astasio
En la cuarta ronda, David comete un error en la apertura que me permite tener una posición con clara ventaja, pero, de nuevo, cometo un fallo de cálculo
Aquí ví la idea correcta, que es llevar el rey al flanco de dama, antes de pasar a tomar acciones decisivas. Pero calculé, erroneamente,
1.Rf2 Ah4+
2.Re3? Ag5
y el blanco tiene que volver. Evidentemente, el blanco debe jugar 2.Rf1 y seguir acercando su rey poco a poco.
En su lugar, jugué la menos clara
1.Ae3?! Ce2+
2.Rf2 Cc3
3.Ad2 Cxe4+
4.fxe4 Td8
5.Txd8+ Axd8
6.b4!
Y, aunque mantengo una ventaja apreciable, es posible que el final sean tablas jugando correctamente, aunque es difícil para el negro.
Así que, tras cuatro rondas, me puse líder con un punto de ventaja sobre los perseguidores, pero, como vemos, mi juego dista mucho de ser perfecto.
Es verdad que he jugado dos buenas partidas (Rondas 2 y 6), donde creo que mi preparación de apertura fue clave para sacar clara ventaja de ambas. Las tablas (rondas 5 y 7) fueron algo sufridas, pero sólidas.
¿Por qué he ganado el torneo?. Por un lado, una buena preparación de aperturas me ha ayudado mucho (Rondas 2, 3 y 6), y el luchar en los finales, aunque fueran de tablas, me ha permitido sacar algunos puntos (con algo de suerte) en posiciones igualadas. Pero claramente mantengo errores de cálculo que, en otras circunstancias, pueden significar puntos de menos. Además, hay que decir que ninguno de mis rivales estuvo realmente jugando a gran nivel, puntuando fuerte para mantener la presión. Esta combinación de factores son las que explican el resultado.
¿Qué he de cambiar?. Debo perdonar menos, jugar más preciso, calcular de manera más fiable. El nivel de riesgo esta vez ha sido mucho menor, y la jugada me ha salido bien, pero objetivamente los finales eran tablas, por tanto hay que seguir monitorizando esas decisiones que tomo.
El año que viene puede que juegue mejor y, en cambio, el resultado sea peor. Así que, como siempre insisto, hay que centrarse en el trabajo de uno, sentirse orgulloso de lo que uno hace. Los resultados tienen una varianza que, muchas veces, nos confunde.
Hola Santi, te felicito por tu torneo. Creo que desconoces que el acto lo jugábamos 24 jug. Cuando se hace una crónica se habla del torneo en general,no de tu torneo, gracias por ser tan bueno…