Creo que fue Dvoretsky en su Entrenamiento de Élite quien me hizo ver la importancia de estudiar partidas con errores. No me refiero a los errores tácticos de bulto con los que muchas partidas acaban, sino a los errores estratégicos. Cuando un jugador responde adecuadamente a un fallo estratégico del rival, la partida se convierte en instructiva de forma automática, porque nos permite ver cuál es el plan correcto en la posición.
En la partida de este mes ocurre precisamente eso. El jugador de blancas, bastante más débil sobre el papel que su rival, se enroca en largo en una posición que se parece a las que ha estudiado, pero no es igual. El maestro internacional que conduce las negras, Justin Tan, castiga el error y la partida puede enriquecer nuestro conocimiento ajedrecístico tanto si la vemos desde el punto de vista de las blancas como desde el nuestro en estos artículos, el de las negras.
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